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Esta es la escena:
Su Satánica Majestad, Los Rollings, están dando un concierto allá por 1981.
Mick Jagger canta 'Satisfaction' y Keith Richards toca la guitarra justo al lado. De pronto, un extraño sube al escenario con la única intención de repartir abrazos. De compartir con sus ídolos desde allá arriba, la cima del mundo.
Mick apenas se aparta de la carrera del fan, atento a la acción, pero sin dejar de cantar ni una palabra; y Keith en aquellos tiempos todavía tenía reflejos suficientes para alcanzar a descolgarse la guitarra, agarrar vuelito... y recibir al streaker con un riff en la cabeza.
Años después, en entrevista, Keith confiesa que no sabe si el fan tiene una navaja o un arma. Así que para quitarnos de dudas...
Luego de un pequeño forcejeo, la seguridad persigue al extraño (que a su vez escapa no de los guaruras, sino de los guitarrazos) y Keith Richards se vuelve a colocar la guitarra y sigue con el show como si nada. Mick Jagger, enfundado en una bandera britano-gringa, apenas esboza una sonrisa.
Y todo está grabado en video:
-Ahhh, otro día más en el infierno...
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